Del feminismo, la familia y cómo la iglesia sustenta al patriarcado.
Presten atención a dos conversaciones que dieron origen a este ensayo. La primera es acerca de qué pensaba una amiga sobre el feminismo y la otra sobre la aceptación del matrimonio de personas del mismo sexo y la posibilidad de adoptar hij@s.
25/06/05
Hace un tiempo en una conversación con amig@s, salieron a flote los típicos chistes machistas y feministas. Dándole vueltas en mi cabeza a este ensayo, quise hacer discusión sobre el tema de una manera sutil. Le pregunté a una amiga si sabía lo que era el feminismo. Ella respondió que era: querer igualar las cosas con los hombres. ¿De qué forma? - le pregunté -. No sé… creo que la sociedad es injusta con la mujer, porque los hombres siempre tienen más ventajas que las mujeres, como en el trabajo… pero las cosas están cambiando, ahora podríamos tener una mujer presidenta. Me respondió. Y crees que una mujer en el poder ¿cambiaría las cosas?- le pregunté -. Si poh… ya era hora, además la presencia de la mujer se está haciendo notar más. Me respondió ella. Le dije entonces, has escuchado eso de que: “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”. Si, eso es verdad. – me afirmó - ¿Segura? – le pregunté - . Sí, poh… - quedando pensativa - ¿Te has dado cuenta de algo? – le insistí -. ¿Qué? – me respondió –. Que me has dicho que el feminismo es querer igualar las cosas con los hombres y ahora te contradices validando la afirmación. Ella pensó un momento y no quiso seguir dándole vueltas a lo que estabamos hablando… ya no te pongay denso si estamos carreteando – me dijo finalmente -. Hasta ahí quedó la discusión. Con su validación de esa afirmación, aun no se ha dado cuenta – o quizás ahora sí - que sigue marcada por la construcción social del patriarcado. Validaba la existencia de la mujer detrás de un hombre. Tal vez – en realidad - no era el momento de hablar de eso, pero me sirvió para comenzar este ensayo y ver los estigmas del patriarcado.
01/07/05
Ayer, se conoció la noticia de que en España, personas del mismo sexo podrán casarse y tener la posibilidad de adoptar hij@s. Aun con la idea del ensayo, quise tantear la noción que podrían tener mis amig@s sobre el sexo y la diferencia del género. En un momento todos hablaban de la noticia y alguien por ahí dijo de la emigración de gays chilenos a España para poder casarse. Entonces, nuevamente puse un tema a discusión; dije abiertamente si un gay se hace o se nace. Todos trataban de opinar, la mayoría decía que se nace gay. Otros, en cambio, decían que se hacen gays durante su vida. Supuse que el tener diferencias de órganos genitales no necesariamente significaba si eras hombre o mujer y podría ser una construcción social. Pero recordé algunas cosas leídas anteriormente y volví a la complicada diferencia que se hace entre sexo y género.
Quiero que mi hij@ sea niñ@...
El sexo es lo que entendemos como más o menos determinado biológicamente, mientras que el género es construido social, cultural e históricamente; pero no viene a sustituir al sexo. Lo que determina la identidad sexual no es el sexo biológico el hecho de ser socilizad@, desde el nacimiento o antes, como perteneciente a uno u otro sexo. Por lo tanto, la asignación del rol casi siempre es más determinante en el establecimiento de la identidad sexual que la carga genética, hormonal o biológica. Lo anterior lo cito textual del trabajo de Alda Facio y Lorena Fries, para aclarar ciertos puntos y seguir hilando el tema, aunque parezca que estuviera tratando el tema de la homosexualidad – en parte sí, por lo de la aceptación de matrimonios gays en España – quiero hacer referencia al sexo y género con respecto a la mujer.
El baile de las máscara…
El género, lo componen características y comportamientos – roles, funciones y valorizaciones – impuestas dicotómicamente a cada sexo a través de procesos de socialización, mantenidos y reforzados por la ideología e instituciones patriarcales. Con esto, las autoras nos dejan más que claro que las aptitudes y actitudes atribuidas al género masculino poseen más prestigio y valor que el femenino en nuestra sociedad. Nuestra sociedad – la chilena – como la mayoría del mundo sólo reconoce dos sexos y que esta diferenciación – dicotómica – se inclina a favor de lo masculino, gracias a la construcción social del patriarcado. Recordemos la primera conversación; “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”. Mi amiga – por cosas de lenguaje – no había analizado con exactitud la frase que ella afirmaba y por ende estaba inconcientemente marcada por la sociedad. Además de la dicotomía entre hombre y mujer, en nuestro país se reconocen sólo dos sexos – para efectos del matrimonio -, cosa que contrasta con la realidad de España. En palabras de las autoras “la cultura no sólo atribuye y construye el género, sino que ¡crea e inventa el sexo!”.
Honrarás a padre y madre...
El que en España se haya aceptado el matrimonio entre personas del mismo sexo, y más aún, con la posibilidad de adoptar hij@s, me pareció muy interesante. Por un lado por el avance del derecho en ese país y por tocar algo tan delicado: la familia. En la familia patriarcal el varón tiene el mando, controlando la capacidad reproductiva biológica y social de la mujer y por ende el control económico. En el caso de los matrimonios homosexuales ¿quién es la madre y el padre? y en el caso de los matrimonios patriarcales ¿es necesaria esa dicotomía entre padre y madre? Cito a Humberto Maturana sobre su concepto de madre en su libro la Biología del amor: “mujer u hombre que cumple en la convivencia con un (a) niñ@ la relación íntima de cuidado que satisface sus necesidades de aceptación, confianza y contacto corporal en el desarrollo de su consciencia de sí y su consciencia social”. Pero veamos lo que dice Maturana cuando se rompe lo que se dice debe hacer el hombre según nuestra sociedad en un artículo llamado El camino desdeñado: “…uno puede ver que cuando se rompe la admonición cultural que niega su participación en el cuidado de los niñ@s, los hombres, los machos masculinos – imposible no ver la perspectiva biológica en Maturana -, se interesan en los niñ@s y, preocupándose de ellos, cooperan con las mujeres en su cuidado… la biología no determina lo que sucede en el vivir , pero especifica lo que puede suceder. Si no hubiese en nosotros, los machos humanos, la posibilidad biológica de hacerlo – atención a esto -, no tendríamos la disposición para cuidar a l@s niñ@s y no disfrutaríamos cuidándolos”. Pero en nuestra cultura, la familia es vista desde lo patriarcal, asignando roles a cada género y lo que se espera de ellos, y más aun, lo masculino está por sobre lo femenino. Pero en esta cultura patriarcal, ¿quién sustenta a ésta? De seguro esta sociedad patriarcal ha tomado todas las medidas para permitir seguir con esta tendencia a través de sus instituciones, partiendo desde la familia, el derecho, las ciencias, el lenguaje y las doctrinas, especialmente las religiosas.
“No verdad lacra Iglesias”. (La lacra del cristianismo es la mentira)
“- Sophie – prosiguió Langdon-, la tradición del Priorato de perpetuar el culto a la diosa se basa en la creencia de que, en los primeros tiempos del cristianismo, es decir, durante los albores de la Iglesia, sus representantes más poderosos “engañaron” al mundo, no le dijeron la verdad, y propagaron mentiras que devaluaron lo femenino y decantaron la balanza a favor de lo masculino”. Este párrafo pertenece al Código da Vinci de Dan Brown, y aunque es una novela ficticia, tiene mucho de verdad. La Iglesia Católica – la multinacional de la fe -, a contribuido enormemente a la continuidad del patriarcado en desmedro de la mujer. A la mujer se le ha demonizado, fue Eva la que tentó a Adán en complicidad de la serpiente; la mujer nació de la costilla del hombre y aunque son metáforas, disminuyen a la mujer y le dan un carácter siniestro. En el trabajo de las autoras Facio y Fries hay un apartado sobre la historia con H mayúscula, haciendo referencia a la omisión de los aportes y violaciones a los derechos de las mujeres durante ésta. La Iglesia por supuesto, no está exenta de tal omisión. Recordemos la Santa Inquisición. En este período, quizás el más oscuro de la iglesia, se cometieron los crímenes más numerosos y crueles por parte de ésta, en especial sobre la mujer. Este período duró trescientos años y se asesinaron más de cinco millones de mujeres En la Inquisición se publicó el Malleus Malleficarum – el martillo de las brujas -, en el se adoctrinaba al mundo sobre “los peligros de las mujeres librepensadoras”. Entre las consideradas “brujas” estaban las que tenían estudios, las sacerdotisas, las gitanas, las místicas, las amantes de la naturaleza, las que recogían hierbas medicinales y “cualquier mujer sospechosamente interesada por el mundo natural”. Para la iglesia, los dolores del parto eran un sufrimiento justo, un castigo divino por haber comido Eva del fruto prohibido del Árbol de la Ciencia, dando origen al pecado original. Por eso a las comadronas se les quemó en la hoguera, por aliviar los dolores del parto y más que nada por aplicar conocimientos médicos. Nótese el temor de la iglesia a que las mujeres tuvieran conocimientos y manejaran las ciencias – el saber – que ha estado manejado por los hombres. Trataban de hacer de las mujeres seres acéfalos inferiores con la justificación de ser brujas.
La iglesia siempre ha tenido el cuidado de tener en sus manos el conocimiento hasta nuestros días. Siempre ha tratado de buscar - a conveniencia - el uso de la ciencia para justificar sus valores morales sobre lo que es correcto para hombres y mujeres. Es así que siempre está en observación sobre el avance de la ciencia en estos tiempos - como el avance en la genética -, para que no destruyan sus dogmas sobre la familia y por ende mantener la dicotomía patriarcal entre géneros.
Tras la aprobación de los matrimonios gays en España, no todo fue felicidad. La oposición al presidente Rodríguez Zapatero dijo “es un presidente de minorías, dictador, inquisidor y embustero” y la iglesia católica, a través del obispo de Madrid, José Gea Escolano, dio su opinión refiriéndose a que “esto barrerá con toda la cultura, tradición y dignidad del matrimonio”. Matrimonio visto desde la cultura patriarcal, además agrega que la iglesia “está a favor del amor por el hombre y la familia”. Sin ser quisquilloso sobre el lenguaje, vemos en sus declaraciones la imposición que hace la iglesia sobre el patriarcado y el androcentrismo para referirse a temas morales y científicos: “amor por el hombre” justificando que el hombre es el referente de ser humano para la teología y cualquier ciencia, despojando del discurso a la mujer. Recordemos también que en la iglesia católica no existen mujeres sacerdotisas y en la religión judía rabinas, por lo que una opinión feminista por parte de la iglesia es imposible mientras la iglesia exista… por los siglos de los siglos. Lo queramos o no, la opinión de la iglesia tiene un gran peso. Pero la iglesia no es la única institución que mantiene el patriarcado, también lo hace el derecho y las ciencias, por lo que el cambio a un equilibrio entre lo masculino y lo femenino es una tarea ardua.
Me canso de ser hombre
Después de haber visto la desigualdad en nuestra sociedad en desmedro de la mujer, me quedan muchas dudas de cómo se podría mejorar esta situación. Siendo hombre, tomo la frase de Neruda citada más arriba, independiente de lo que haya querido decir, para referirme a la postura que deben tomar los hombres – los que lleguen consciencia de este desequilibrio –, y también las mujeres, para revertir la situación, siendo educados por generaciones en una sociedad patriarcal. El feminismo justifica un equilibrio, y para sorpresa, tranzar en dejar beneficios ganados a favor de ellas y hacerlos extensivos a los hombres, como el caso de que casi siempre en las tuiciones de hij@s, se favorece a la mujer, por considerarse – por así decirlo – desvalidas. Cosa que no necesariamente es así. Pero en este tranzar, la parte más difícil corresponde a cambiar el dominio del hombre por sobre la mujer. Como hombre, me es difícil no evitar en el lenguaje cotidiano no hacer ver las inculcaciones del patriarcado, en las actitudes y en la relación de géneros en la estructura de la sociedad. Ojala un día los hombres digan me canso de ser hombre para dar cuenta de la desigualdad en contra de las mujeres y comenzar a reestructurar una nueva sociedad en el que el equilibrio buscado sea una realidad.
Gabriel Cortés G.
Ensayo realizado en junio de 2005 para la cátedra Derechos Humanos y género impartida en la Universidad Bolivariana - Iquique.
No comments:
Post a Comment